"Escribía de gurí, en el liceo, recién en el 2009 publiqué por primera vez, en Argentina. Siempre escribí para sacarme la bronca y la tristeza que tenía.

     Estuve exiliado mucho tiempo, viviendo escondido en los montes en Corrientes. En el 73 participé en unas manifestaciones contra la dictadura militar y se ve que me marcaron porque me fueron a buscar varias veces. 
     Me fui a Buenos Aires y busqué exiliarme en México y en Suecia, pero las embajadas estaban rodeadas de tanques. Terminé en Corrientes trabajando en una forestal y ahí conocí a los “menchos” que son los paisanos de allá. Al principio son cerrados, pero es porque tienen miedo de que se burlen de ellos. Cuando se abren son gente de lo mejor que hay. Viven en un ranchito y siempre te dan lugar para dormir o un plato de guiso. Viví siete años con ellos, extrañaba bastante, tenía dolor y escribía poemas para poder expresarlo.

     Volví al país de forma clandestina en el 80. Realmente a nuestra generación nos partió al medio, sufrimos mucho. En todo ese tiempo dejé de ver a mi familia, a mi hijo mayor lo conocí cuando ya tenía unos años. Me emocioné mucho al verlo por primera vez".